Refrescando la memoria.

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Hola blog.

Hace mucho tiempo que no escribo nada y empiezo a arrepentirme, nuestra aventura aquí ya va llegando a su fin, y es que ya nos quedan casi casi tres meses de nada en este país.

Cuando abrimos el blog para la luna de miel la idea fue sencilla: Dejar un estilo de «diario de bitácora» de nuestra experiencia, compartido con quien lo quisiese leer. El motivo principal de escribir es de beneficio propio, para poder recordar lo que nos ha ido pasando. Esa idea quedó un poco de lado cuando llegamos aquí para estudiar: Teníamos muchas cosas en la cabeza como para dedicarnos a escribir en el blog, y dedicamos el tiempo para relatar en escribir en facebook o twitter. Gran error. Y digo gran error porque no queda para nada ordenado y las «vivencias» quedan amontonadas y perdidas en un enorme cajón desastre. Fotos tenemos… ufff… y recuerdos otros tantos, pero ya no tiene sentido escribir entradas con los recuerdos. Lo único que nos queda es lo que la intrépida reportera Miriam ha ido escribiendo, y es que la idea de seguir escribiendo aquí ha sido suya… ¡MIL GRACIAS!

¿Es pronto para hacer una recopilación de experiencias? Creo que es el momento justo. Esta semana nos hemos despedido de cinco compañeros de clase que han acabado su curso y nos ha dado que pensar. Crees que las cosas van «tirando», pasa un día tras otro, y no te das cuenta de que hay un reloj de arena que te cuenta el tiempo que te queda desde que diste motivos para ello. No tengo mucha relación con las personas que se han ido pero en concreto me llevaba muy bien con uno de ellos, y tengo entendido que está muy afectado por tener que irse, y algo me hace pensar que en tres meses nosotros estaremos igual. Recoger las cosas, despedirse de los profesores y compañeros, de los sitios donde hemos ido (de ese maravilloso y magnífico Kamogawa), del apartamento, de las costumbres que hemos tomado aquí… de todo. Y otra vez a empezar en España. Y se hace difícil, realmente difícil. Si este país nos hubiese traído sin cuidado, si finalmente nos hubiese decepcionado… habría sido mucho más fácil. Tiene sus cosas, como todo, pero nos gusta y nos sentimos bien. Vamos en bici o transporte publico a los sitios en lugar de en coche, vivimos en un apartamento (sin cama ni sofá) tan grande como dos habitaciones de un piso pequeño de España, odiamos algunas aceras donde con cuatro gotas quedan encharcadas y quedamos empapados ni que sea volviendo del cole… pero este sitio nos gusta. Y, personalmente, tengo el corazón dividido entre Japón y España, y eso duele. No todo es crisis o dinero (de lo que nuestro país de origen está fatal), en España tenemos familia, amistades, mascotas, una forma de vida a la que estábamos habituados… pero nos faltan esas personas y esos animales, lo de la forma de vida… bueno, a todo uno se acostumbra, aunque no a echar de menos.

Tengo muy en mente el detallazo que tuvo Albert al principio de llegar nosotros a Japón. Sabiendo que lo estábamos pasando mal (porque realmente fue así, el principio no fue para nada fácil), ni corto ni perezoso se plantó aquí. Ala, 10.000 Km, una media de 15 horas de viaje ida, otros 15 vuelta, una paliza enorme entre aviones y jet lag… y aquí se presento, para darnos ánimos. Albert, no se si te lo he dicho alguna vez, pero si estás leyendo esto: Nunca te podré agradecer lo que hiciste, sin olvidar otro favor que nos hiciste antes de venir. Siento muchisimo si cuando viniste no estaba al cien por cien, pero espero que lo entiendas, en aquél momento tenía la cabeza en otro sitio y lo último que estaba era relajado. No se si te servirá de algo, pero tu visita me ayudó mucho, y a Miriam también. Luego ya viste que con el tiempo nos fuimos relajando y haciendo las cosas con más tranquilidad, pero el principio tuvo tela. Papeleos varios, cálculo de dinero, desconocimiento total del sitio, compras que nos salían por un ojo de la cara por no saber dónde comprar… ¡y no saber ni QUÉ comprar! lo de los kanji ahora lo llevamos bien y nos ayudamos mucho de un par de programas del móvil, pero al principio era una locura… 

Pero como todo principio llega a su fin, el nuestro llegó y nos lo pasamos muy bien. Aunque algo agobiados con las clases por tocar un idioma que prácticamente desconocíamos por completo, la vida aquí se fue suavizando. Nos empezamos a llevar muy bien con los de la clase, empezamos a quedar los viernes para ir a cenar después de clase, para ir a visitar sitios los fines de semana… y pasamos la cena de navidad con gente de Suecia y de Francia, comiendo «meat balls» (típicas de Suecia) paté francés y tortilla de patatas. Y es que intrínseco a esta experiencia está el echo de que nos hemos relacionado con personas de muchos países del mundo: Indonesia, Malasia, China, Japón, México, Colombia, Estados Unidos, Australia, Alemania, Francia, Rusia… 

Lamentablemente tuvimos que dejar esta experiencia aparcada por algo mucho más importante, y es que la madre de Miriam se puso enferma, pero gracias a lo fuerte que es y que tenia muchas personas cerca suyo que la quieren un montón mejoró rápidamente del problema que tuvo… y para la recuperación tuvo a Miriam detrás suyo que la ayudó continuamente a ir mejorando.

Y aquí estamos, que parece que hayan pasado cuatro días desde que volvimos de España y por lo que parece han pasado ya… ¡dos meses largos!

En fin, que me enrollo mucho. No se si cumpliré con lo propuesto, pero «intentaré» volver a publicar lo que nos vaya pasando ni que sea en estos tres meses. Para la luna de miel prometí subir más fotos, vídeos y contar más anécdotas, pero eso no pasó y tampoco me quiero comprometer a hacer lo mismo ahora. 

Pos eso.

3 respuestas to “Refrescando la memoria.”

  1. helkanieninkwe Says:

    ¿Ya está? ¿Y la gatita? :\

  2. helkanieninkwe Says:

    Has resumido bien la primera parte, lo de los kanjis era una locura jajaja Ahora ya los puedo mirar con los dos ojos directamente sin apenas sentir un leve dolor de cabeza, pero antes sólo pasar el ojo por delante era como caer en el terrible vórtice de un ciclón. ¿Qué son todos estos botes de colores? ¿¿Cuál es el kanji de detergente?? – Preguntó la polilla desesperada mientras caía por el desagüe de la lavadora.

    • dprodge Says:

      Es que es muy difícil resumir tantos meses y tantas cosas en un solo post. Recuerdo a Albert ayudándonos con la lavadora y el programa para reconocer kanji, me sentía como si hiciese magia al introducir los kanji en el programa que a él le reconocía y a mi no. Y ahora de un vistazo, ya ves tu como lo hacemos.

      Pobre polilla… aunque para bichejo, la libélula de hoy, ¡eh! 😀

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